13 de septiembre de 2018
ETAPA 5
EL CUBO DE LA TIERRA DEL VINO-
TÁBARA
75,90 km.
Esta noche hemos dormido en una habitación doble que nos garantiza el descanso. La hospitalera nos ha dejado preparado el desayuno. Y tras las rutinas, de vuelta al Camino.
Salimos, como de costumbre, con la noche cerrada y disfrutamos con el amanecer, aunque el paisaje ha cambiado. Echo en falta a las vacas, cerdos, ovejas y caballos que nos entretenían con su presencia por las mañanas. Ahora sólo tenemos grandes extensiones de cultivos segados, plantaciones de girasoles, algunos peregrinos mochileros y los madrugadores tractoristas.
Los caminos que nos encontramos son cómodos pero poco vistosos; además, empieza a hacer calor y la ropa de primera hora nos sobra. Por eso, aprovechamos una pequeña parada para quitarnos algo de ropa y llevarnos de recuerdo algunas imágenes del Camino.
Se va acercando la hora del desayuno y estamos a las puertas de Zamora. Una fotografía de recuerdo a la entrada de la población.
El Camino nos sitúa junto a las aguas de un inmenso río Duero. La imagen de la ciudad "colgada" del acantilado es espectacular. Aprovechamos para llevarnos unas fotografías de recuerdo antes de entrar en el casco antiguo.
Continuamos pedaleando y cruzamos el puente para empezar la subida al casco antiguo. Pasamos por varias plazas, vemos cerrado el albergue municipal, y llegamos a la Plaza de Viriato donde está situado el edificio de la Diputación y el Parador Nacional donde aprovechamos para sellar la credencial.
Seguimos la marcha unos metros más y entramos en la Plaza Mayor donde se encuentra la Iglesia de San Juan, el Ayuntamiento y el Ayuntamiento Viejo (actual sede de la Policía Local).
Creo que merece la pena volver a visitar esta bonita ciudad y dedicarle más tiempo. Ahora toca salir de ella y buscar un sitio para desayunar. Nos queda mucho tiempo para finalizar la etapa y no vamos a perder más tiempo. Justo cuando vamos a salir de la ciudad encontramos el sitio idóneo para desayunar.
Con el estómago lleno y con el sabor de un buen café, reanudamos el pedaleo pasando junto al polígono industrial y nos dirigimos a buscar la N-630. Pasado el pueblo de Montamarta vemos el embalse de Ricobayo. Decidimos acortar el trazado del Camino y no pasar por Granja de Moreruela, lugar donde se bifurca el Camino y arranca el Camino Sanabrés.
De esta manera cogemos la N-631 y llegamos a la localidad de Tábara. Nos detenemos a la entrada para lavar las bicicletas en la gasolinera y continuamos hasta el Albergue Municipal para cerrar la etapa de hoy.
Otro albergue de donativo con un encanto especial regentado por José Almeida, un hospitalero que intenta mantener el espíritu del Camino y las tradiciones populares. Nos sorprende con una cena especial para cuatro,una peregrina inglesa, un asturiano y nosotros dos. El menú: gazpacho con hortalizas de la huerta, paella zamorana, fruta donada por los vecinos y licores destilados por el peculiar hospitalero. Además, nos enseña y explica un audiovisual para contarnos la historia de Tábara, su Scritorium y sus beatos. Mañana nos tendrá preparado el desayuno.
Una noche estrellada nos invita a dormir para dar descanso a las piernas. en dos días empiezan las etapas duras y hay que ir reservando fuerzas. El quinto día ha acabado. Mañana, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario