ETAPA 3

11 de septiembre de 2018


ETAPA 3

OLIVA DE PLASENCIA-

FUENTERROBLE DE SALVATIERRA

73,40 km.




Cómo se agradece el sueño reparador. Hoy queríamos darnos un poco de tregua. La paliza de ayer nos dejó muy cargadas las piernas y hoy nos toca rodar por una carretera sin apenas tráfico.

Arrancamos de noche, 7:15 horas, y nos vamos despertando viendo amanecer mientras pedaleamos y escuchamos los cencerros de las reses que están desayunando.


Nos habíamos planificado el itinerario estandarizado en la Vía de la Plata, pero el lugar desde donde arrancamos no está dentro del supuesto itinerario del Camino. Además, según la guía, vamos a encontrarnos con tramos algo complejos para las bicicletas y con constantes entradas y salidas a la carretera nacional. Por eso, después de desayunar en el bar de una gasolinera de la N-630, reanudamos la marcha por el arcén de una carretera sin apenas tráfico.

¿Qué es el Camino de Santiago, en cuanto al itinerario?


Tanto éste como el resto de los Caminos son propuesta de rutas que se estructuran en etapas según los intereses de cada peregrino. Tan sólo son planteamientos preestablecidos por una serie de intereses económicos que, a veces, se acercan a un criterio cultural.

Pero si un peregrino mochilero quiere salirse del itinerario momentáneamente, puede ver incrementada su etapa en muchos kilómetros. Y el peso y las piernas les pasan factura. No suelen hacerlo.

Los peregrinos que vamos en bicicleta tenemos una gran ventaja en esas situaciones. Siempre puedes localizar caminos alternativos para, kilómetros más adelante, volver a enlazar con el preestablecido, sin olvidar el precio físico que se paga. Porque el Camino no es el que te proponen, sino el que tú haces. No nos olvidemos que, al final, lo que hacemos es cicloturismo.

La primera localidad importante por la que pasamos es Baños de Montemayor, lugar turístico centrado en las termas y tratamientos corporales.






El trazado que hemos estado llevando era ascendente, pero ahora nos toca subir hasta Puerto de Béjar. Un "puertecito" por el bosque que nos hace sudar durante varios kilómetros.






Como ya he explicado antes, hoy modificamos el trazado del Camino para visitar la ciudad de Béjar, siguiendo el recorrido por asfalto que plantea nuestra guía, regalando a las piernas dos largas y duras subidas. Antes de entrar en la ciudad, desayunamos por segunda vez.





Los track de los gps ya no nos valen en esta zona. Toca improvisar y localizar itinerarios alternativos. La guía nos indica que debemos tomar la carretera hacia Ciudad Rodrigo para llegar a Navalmoral de Béjar. Pero localizamos el trazado de una vía verde que pasa bajo la ciudad y decidimos intentarlo por ahí.

El trazado de la vía es muy bueno y nuevo. Una parte de la señalización está tapada. Nos encontramos con la entrada a un túnel, cuya puerta está abierta y no existe indicaciones de que no se pueda pasar. Coloco la luz frontal en el casco y nos adentramos en la oscuridad. Pero comprobamos al final del túnel que la puerta de salida está cerrada y, al otro lado, un grupo de obreros están trabajando en el acondicionamiento de la vía. Toca volver por el mismo sitio y acabamos de nuevo junto al bar donde acabábamos de desayunar.






La única opción que nos queda es bordear la ciudad y tomar la carretera a Ciudad Rodrigo y desviarnos a la derecha para coger la carretera que nos lleva a Navalmoral; no sin antes llevarnos una preciosa fotografía de la ciudad.




Preciosa ciudad. Ahora nos toca castigar un poco a nuestras piernas subiendo por la Serranía de Béjar y contemplando algunos pueblos que bien podrían ser decorados de cine porque no ves a nadie. Un viejo perro dormido en la sombra abrió un ojo y fue testigo de nuestro paso por Peromingo (por poner un ejemplo).

Pequeñas carreteras sin pintar nos llevan entre distintos cercados contemplando el ganado, siempre rodando en paralelo al Camino original. De esa forma enlazamos con el track de los gps y entramos en Fuenterroble de Salvatierra. Decidimos alojarnos en el Albergue Parroquial.







Algunas de las gratas sorpresas que encuentras en el Camino son albergues como éste. Quizás sea de los más austeros y humildes que vamos a encontrar, pero tiene a su favor la hospitalidad de Juan el hospitalero, su historia y la vida que se respira dentro. Es el lugar donde se celebran y organizan todas las actividades del pueblo. Solamente viendo la sala donde dejamos las bicicletas entiendes la implicación del albergue en la vida del pueblo.










Las instalaciones interiores también son de destacar. Dispone de un centro de acogida para personas sin recursos y una zona donde guardan los carros que utilizan en las procesiones. Existe una zona común que utilizamos para planificar la siguiente etapa.






Hoy hemos comido en un pequeño bar. Las cuatro mesas que tiene su terraza están situadas en el recinto deportivo de un colegio y junto al frontón. Creo que después de la etapa de puertos que hemos sufrido, un cocido no nos va a sentar mal.

Juan, el hospitalero, nos ha ofrecido cenar con él en el albergue junto con los pocos peregrinos que así lo deseen. Accedemos y damos un paseo por el pueblo. Las calles están vacías de personas y de coches. Reina una enorme tranquilidad y un desacostumbrado silencio.




La cena resulta entrañable. Tan sólo dos peregrinos, un francés y un inglés, nos acompañan. Juan nos ha preparado una sopa de verduras, chorizos fritos y tortillas echas con el aceite de los chorizos. Y como postre, las delicias de Óscar, una enorme bandeja de torrijas.





El ambiente que se genera en este tipo de albergues no es fácil encontrarlo por el Camino. Se fomenta la convivencia entre los peregrinos y se comparten experiencias. Juan nos indica que a las 07:00 horas tendremos preparado el desayuno. No se puede ser más hospitalario en un albergue que funciona con donativos.

No quiero cerrar los recuerdos de la etapa de hoy sin hacer mención al "nuevo amigo" que se nos ha pegado y que no nos lo hemos llevado por quedarnos muchos días de viaje. No obstante, Óscar se lleva un curioso recuerdo de este encantador gatito.








Así acaba la crónica de la tercera etapa. Un recorrido algo exigente que nos ha hecho ascender más de 1200 metros de desnivel positivo en 73 kilómetros y nos ha regalado buenos recuerdos en un humilde albergue parroquial.

Mañana toca una presumible larga etapa, debiendo pasar por Salamanca. Vamos a descansar y a esperar el cuarto día.


DATOS DE LA ETAPA 








PERFIL ALTIMÉTRICO



PLANO DE LA ETAPA 



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